Pues sí, no hace falta salir fuera del entorno familiar para hallarse la ruindad y desprecio de algunas personas. Esa es mi pequeña reflexión.
Esta entrada es simplemente para agradecer los valores que tanto mis padres, como mi abuela, me inculcaron desde muy niña, ya que le debo a ellos, la persona que soy hoy en día.
Hay muchas cosas en este mundo que no entiendo, ni nunca entenderé. Estos días, un señor mayor, que fue un amigo de mis abuelos cuando vivos, ha tenido una operación de corazón, y como comprenderéis, no es como irse a sacar una muela. Pues bien, el hombre es soltero, jamás se casó, y ni tiene hijos, pero sí que tiene hermanas y sobrinos.
Ese señor siempre se ha desvivido por los únicos familiares que tiene, mientras ellos, han hecho con él lo que han querido y lo han utilizado por algún beneficio o/y interés. Y sí, pongo la mano en el fuego por ese hombre porque lo he tratado desde la niñez y es tal cual lo veo, trasparente y buena persona, de esas que no tienen maldad y por eso se aprovechan. Un señor que solo se ha dedicado a trabajar toda la vida para sobrevivir y no pasar las necesidades que se pasaron en su época por una España dictadora.
Pues bien, esta semana estoy enervada al comprobar como las únicas personas que han estado ahí, apoyándolo y cuidándolo, no han sido precisamente su familia. Siempre con malditas excusas, pero a la hora de pedir o de heredar son los primeros. ¡Que vergüenza de gente!
Yo me he preocupado por él y e ido a visitarlo, porque para mi es como de alguna manera un abuelo, ya que yo nunca conocí a los míos, y porque sé, que mis abuelos esperarían eso de mí. Pero además de todo esto, voy porque me nace, porque yo sé lo que es estar metido en hospitales y lo largas que pueden hacerse las horas sin una visita amiga. Yo no necesito que me meta en su herencia o que me de algo a "cambio" como sí sucede con los hipócritas de sus familiares. Es más, no quiero absolutamente nada de él, ni de nadie, lo poco que pueda tener es porque me pertenece y nadie me lo ha regalado. El estar ahí mientras se recupera es sencillamente porque yo no tengo el corazón tan duro y es algo que hago encantada y con gusto. Sí le tiendo una mano a un desconocido, ¿cómo no voy hacerlo con alguien al que he visto durante toda mi vida?
Y por supuesto, en mi familia nadie es perfecto. Es difícil llevarse al 100% con toda, y en mi casa no iba a ser menos, pero aún así, en medio de cosas "graves", hemos estado los primeros para ayudar, olvidando los riñas del pasado. Por eso no me entra en la cabeza, que unas personas que no tienen nada que reprocharle a este hombre, sean tan miserables.
Cuando alguien necesita atención y "molesta", ya estorba. Se creerán que nunca llegaran a viejos y que tendrán la juventud eterna o que nunca se pondrán enfermos. Cuando un día se vean en la misma situación, entonces se acordarán de sus malas acciones y espero, que se arrepientan, aunque un poquito tarde, claro.
Son condenadamente egoístas y los único que les importa es lo que puedan o no dejarles, el resto, como sí se muere mañana mismo, les da completamente igual. Y esto pasa aquí y hasta en las mejores familias.
Es como una cadena, sí los más pequeños ven desde niños cosas así en su casa, esa actitud de desinterés por lo que les pueda pasar a sus mayores -o no tan mayores-, que se les trate así, lo verán "normal", posiblemente. Y así sucederá con los hijos que vengan detrás y se volverá a repetir porque ejercerán lo que han vivido. Aunque otros con suerte, cortaran la cadena y no cometerán los mismos errores, que por ejemplo, sus padres.
En mi caso, yo he vivido como a mi abuela se la cuido hasta el último de sus días, como la atendimos con cariño y como no se nos cayó los anillos, por atenderla por ejemplo cuando se quedó bastante impedida. Es más, por tenerla de vuelta, yo firmaría con sumo gusto, convertirme en su enfermera constante. Por lo tanto, yo no tengo alma para "deshacerme" de las personas de mi alrededor así sin más, sin pestañear.
Y con esta entrada, lo único que pretendo, es que la gente sea consciente. No cuesta nada dedicar un ratito de nuestra vida para hacer a alguien feliz.
No vendo discursos para ponerme bien puesta, ya que este señor, no leerá esta nota, simplemente quiero llamar a la reflexión, y a qué penséis, que tal vez, el día de mañana seréis vosotros los que os veáis en una circunstancia así. Por lo tanto, es bueno recordar esa frase de:
'Nunca hagas con otros, lo que no te gustaría que te hicieran a tí' (O algo así, soy muy mala para el refranero Español).