•●• Pequeño extracto •●•
- Ven conmigo, chiquita –dijo tomándola en brazos y apretándola contra él. Alejandra temblaba y como una cría atemorizada, buscó refugió acurrucándose más a su pecho. ¿Cómo demonios había terminado alguien tan inocente en sus manos? Sobre todo cuando su imaginación divagaba en realizar con ella las más depravadas acciones… Sí, definitivamente el destino era en ocasiones un puto cabronazo para almas tan cándidas como la de su amiga. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no tienes habilitado tú perfil, por favor comenta escogiendo la opción: *Nombre/URL*
Procura no dejar comentarios anónimos.